Archivos Mensuales: septiembre 2023

El artista

El verdadero artista
modela su alma
como si fuera
una obra de arte,
porque su vida entera
es también un arte:
el arte de la existencia.

El artista sueña,
crea mundos
que luego habrán
de materializarse.

El verdadero artista
es siempre esteta,
porque sabe bien
que la sensibilidad
es amiga de la percepción,
y es a partir este encuentro
que el artista despliega 
su magia. 

El verdadero artista
cultiva su espíritu,
no se conforma
con el mero goce sensorial:
habla con las estrellas y los pájaros,
con los árboles, las nubes,
el agua, la piedra.

El verdadero artista
es un ser despierto,
consciente, alegre,
cuya belleza reside
precisamente,
en asumir burlonamente
su imperfección.

El artista brilla al conectarse
con la fuente,
su luz interior
es la misma luz del sol,
sabe que respira
y es respirado por el cosmos,
pues somos solamente
un suspiro,
breve, frágil, mortal.

El verdadero artista
se arroja al precipicio
sin medir las consecuencias,
bucea para descubrir
arcoíris coralinos
y explora tenebrosas cuevas
alumbrado con su tercer ojo.

El verdadero artista es amigo
del gato y la lechuza,
amigo de las brujas y los santos,
es amigo de los desposeídos:
la compasión es su credo.

El verdadero artista se junta con locos,
le aburre la gente 'normal',
pues no existe en la vida
nadie más dedgraciado
que quien renuncia a su propia locura
para terminar atrapado
en moldes ajenos,
esa jaula social
diseñada
para el sometimiento
y la rendición,
la mutilación del espíritu
para que algunos pocos canallas
impongan a los demás
su voluntaria y dócil resignación.

El verdadero artista
es siempre poeta y guerrero,
lucha contra las fuerzas oscuras
esgrimiendo su pluma
con arrojo y valentía,
sin caer en la trampa mortal
del ego y la gloria,
el aplauso facilón
que encandila y desuella,
ni tampoco cede a las tentaciones
de la ira y la venganza,
pues sabe en el fondo
que en el juego de la existencia
nadie podrá proclamarse
ganador o perdedor,
todos ganamos algo,
todos perdemos algo,
y es a partir de ese cúmulo de extravíos
que el artista encuentra
su materia prima,
para convertir en canto
las dolencias y el gozo,
convertir las pulsiones
de la carne en resonancia,
y es así como el artista
dialoga con el universo.

El verdadero artista
es profeta y curandero,
porque mira hacia afuera
y hacia dentro,
sabe distinguir los muchos colores
del alma.

El artista es políglota
y aventurero,
se deja sonsacar,
se bebe la vida de un sorbo, 
es bohemio, dicharachero
y juguetón,
le gustan los disfraces y las máscaras
porque sabe que la vida es siempre
un carnaval.

El verdadero artista
fuma el tiempo en la hojarasca,
es liviano como el aire,
fuerte como la tierra,
sabio como el agua.

El verdadero artista
entiende muy bien
que forma parte del todo 
y a partir de ahí,
mueve las energías del universo
para el bien suyo y los demás,
pues su magia consiste
en dar consistencia a los sueños,
vive muchas vidas en una,
expande su alma hasta abarcarlo todo
y fundirse con el proceso mismo
de la creación.

El artista inventa realidades
y la reparte con otros,
cual poderoso fruto medicinal,
para curar el alma con un abrazo
y besar las muchas cicatrices
que dan forma a nuestra finitud terrestre.

El verdadero artista tiene raíz,
pero viene y va como le da la gana,
no se conforma con lo de siempre,
se expande, se supera, se perfecciona
sin competir con nadie más 
que sus propias limitaciones.

El artista
vuela,
canta,
brilla,
enloquece,
ama.
::.

Rían los locos

Date tiempo para disfrutar
el sinsentido del mundo,
porque solo los locos sobreviven
en este mar de cuerdos miserables,
presos en la irracional dictadura
de la razón.

Deja que la imaginación gobierne
en este país de muertos vivientes,
deja que la inmensidad del espacio
y el tiempo llene tu mente
de colores prohibidos.

Si algún crimen cometió el Quijote 
fue declararse cuerdo en sus horas
de agonía,
traicionando su causa,
renegando de su demencial proyecto
de vivir como caballero andante,
repartiendo justicia
en un mundo de crueles verdades.

Deja que los tigres vuelen,
deja que el suelo movedizo
se corrompa en el transcurrir
de la noche y sus criaturas,
esos seres umbríos,
triturados en el mortero
de la deuda interminable,
esa gran maquinaria
de la explotación humana
y sus leyes criminales.

Vuélvete loco
y suelta las amarras,
que necesitamos reinventar el mundo
desde sus cimientos,
y para esa monumental tarea
no basta pensar la vida,
hay que sentirla,
hay que vivirla sin miedo,
cabalgando el viento alegre
que nos refresca el alma,
hay que escribir y cantar
en todas las lenguas,
revivir a los dioses,
hay que abrir la mirada
y conversar con los espíritus,
porque loco es también
quien no se deja someter
por el canibalismo que priva
en este grotesco carnaval
de la simulación y la farsa,
esa tempestad de mentiras
donde se gesta
la carnicería humana.

Deja que tus pies echen raíces
en el suelo,
deja que tu pelo enmarañado
converse con las nubes,
deja que los rayos solares
graviten cerca de tu corazón
hecho de granos y frutas.

He caído en cuenta
que el único sentido posible
de la existencia
es reír con desmesura,
carcajearse del absurdo y la sinrazón
de esa gente tan gris y normal,
que de tanto preocuparse
ha terminado por amputarse el alma.

Ríe demencialmente
como quien lo ha perdido todo,
pues hemos sido arrojados al vacío,
sin paracaídas ni red de protección,
y ahora solo nos queda remontar la caída
para regresar a poblar al cielo y las estrellas
de las que nunca debimos irnos,
ríe sin recato y sin fronteras,
como un aullido,
suelta una explosiva carcajada
que resuene en lo profundo
de la tierra,
una carcajada que incendie para siempre
la estratósfera,
deja que el mundo arda en esa
tu risa loca,
deja que sea la risa sin pretexto
tu salvavidas
en el cruento mar de la ira,
deja que la risa gobierne este mundo
tan predispuesto a la tristeza,
para que podamos entonces
curar al hombre y la mujer
de todos sus dolores.

Vuélvete loco,
porque solamente
los hilarantes locos descalzos,
que no hacen caso
a las lepras que anuncian en la tele,
salvarán al mundo.
::.

Heridas

La vida
está llena
de heridas
tan profundas.

Y nosotros
no hacemos
sino encallar
en cada una,
buscando la salida
a esta soledad
habitada
      por fantasmas.

Aúlla la luna 
en la noche
de los besos
               forajidos.
::.