Archivos Mensuales: noviembre 2023

Todos somos Palestina

El genocidio en Gaza y Cisjordania
cometido por Israel
en contra el pueblo palestino,
no es sino metáfora del mundo actual.

El exterminio sistemático
contra niños, mujeres, hombres, ancianos,
los bombardeos contra campos de refugiados
y hospitales,
no son sino la expresión
más carnicera y brutal
de ese otro exterminio
que sufren actualmente
los pueblos del mundo.

Sus muertos son también 
nuestros muertos.

La tragedia del pueblo palestino
condensa toda la maldad que se ha apoderado del mundo,
un mundo donde los grandes mercaderes
de la muerte hacen negocio
para vivir aislados en sus fortalezas,
acumulando riquezas
a costa del sufrimiento de otros,
de países devastados por el capitalismo depredador y caníbal
que promueven desde la prensa corporativa y canalla.

Ese es el mundo creado
por sinvergüenzas,
quienes en nombre del libre mercado 
han condenado a millones
a vivir en prisiones y campos de concentración,
incluyendo países con gobiernos títeres,
empleados de los grandes banqueros
y su monstruosa ambición.

Hoy, no hay diferencia significativa
entre ser palestino
o ser migrante,
gente pobre huyendo de países
devastados por el saqueo
de las grandes corporaciones
y su brazo armado, el Estado burgués,
con Ejércitos enteros
al servicio
no de los intereses nacionales,
sino al servicio de la superélite globalista
que controla los mercados financieros,
ese grupúsculo de canallas desalmados
que pretenden mantener el control
del mundo, lavándole el cerebro a la gente
con la mierda consumista que promueven
en la tele,
esa inmensa cloaca
y su mar de mentiras,
desde donde se lanzan
grandes bombas de confusión,
propagadas por sicarios de la infamia,
siempre dispuestos a llenarse los bolsillos
vomitando mentiras disfrazadas de verdad,
para engañar a los ingenuos que permanecen
recluidos en la prisión de su propia mente,
con el alma seca, consumida por el exceso,
la ambición, la vanidad.

Ahí están los resultados del mundo
que han creado, un mundo lleno de violencia,
un mundo con pandemias de depresión y ansiedad,
con millones de adictos al azúcar y el veneno,
el lujo y el exceso
como sustitutos de la felicidad,
ahí están los estadounidenses en las calles,
cayendo en el letargo de los zombis,
víctimas del fentanilo,
para tratar de sobrellevar esa realidad terrible
que duele y asfixia,
mientras sus políticos imbéciles
utilizan eso mismo como coartada
para continuar con el negocio
de la guerra y la devastación por doquier.

Ahí está la gente del mundo,
explotada, humillada, herida, enojada,
sin importar su nacionalidad,
esa misma gente 
que hoy puebla las calles del mundo
para detener el genocidio atroz,
ese que pretenden vendernos, otra vez,
como guerra contra el terrorismo,
aún cuando en este mundo
no hay nada más terrorífico
que la ambición desmedida 
de los más ricos.

Todos nosotros, gente del mundo, los de abajo,
los que vivimos al día, de nuestro trabajo,
los que pagamos alquiler,
a quienes se nos ha cancelado
cualquier posibilidad de futuro,
a quienes se nos ha condenado
a vivir en un mundo sin esperanza,
todos nosotros
somos también palestinos,
y por eso hoy salimos a tomar las calles,
sabedores de que su lucha es también
nuestra lucha:
la batalla contra el exterminio sistemático
de la gente pobre.

Aquí estamos pueblos del mundo,
dando la lucha contra la infamia,
contra liberales, nazis, fascistas y sionistas,
que al final son lo mismo:
defensores a ultranza del despojo
disfrazado de propiedad privada,
ese puñado de oligarcas que se sienten
dueños del mundo,
aquí estamos hoy,
la gente verdaderamente libre,
luchando contra la inmundicia que nos han dejado,
librando la batalla contra el odio asesino
que promueven desde la comodidad 
de sus mansiones y sus yates,
desde sus aviones privados,
sus canales de televisión
y sus campos de golf,
regados con la sangre de los pobres.

Aquí estamos pueblo de Palestina,
dando la batalla de Sur a Norte,
de Este a Oeste,
en México y América Latina,
desde África, Asia, Oceanía,
pero también desde Norteamérica y Europa,
donde la gente consciente ha tomado las calles
a pesar de las mentiras y la manipulación
promovida por gobiernos títere
y sus amos, los grandes capitales.

Pueblos del mundo,
defendamos la justicia social
contra la oscuridad caníbal 
que pretende imponernos
esta élite genocida y abyecta,
devoradora de niños inocentes,
esa élite viciosa
que edifica palacios
construidos
con el abuso y la opresión
de los que menos tienen.

¡Que caiga ahora y para siempre
el imperio de la enajenación y la opulencia,
el imperio del odio y la explotación carnicera!

Hoy les decimos desde aquí,
fuerte y claro,
a los promotores del exterminio:
¡detengan el genocidio en Palestina
y asuman las consecuencias de sus actos!

Podrán ustedes creerse sus propias mentiras
para sentir un momentáneo alivio de culpa,
pero créanos cuando les decimos
desde aquí, que la mancha histórica
que han dejado,
pintando ciudades y países enteros
con la sangre de inocentes,
es indeleble
y los perseguirá
a donde quiera que vayan,
hasta el fin de sus días.

¡Viva Palestina libre!

Nos toca hoy sembrar la semilla de esperanza
para que resurja un nuevo mundo
desde ciudades convertidas en escombros
tras los bombardeos,
desde la trinchera de la calle,
desde la más espesa oscuridad,
desde la podredumbre de estos tiempos
con hedor a muerte y obsolescencia.

Pueblos del mundo, tomemos las calles,
porque hoy todos somos palestinos,
sus dolores son nuestros dolores,
su lucha es también nuestra lucha.

Hermano, hermana,
siente los latidos de tu corazón,
porque ahí donde está lo que duele
está también lo que habrá de salvarnos
de la enfermedad del mundo.

Levanta tu corazón y grita fuerte,
porque el amor a los demás
es y será la clave
para vencer a los que odian.

¡Hasta la victoria siempre!

Ama, vive, lucha.

Porque solo quien ama vuela.

Y porque hoy,
todos somos Palestina.
::.

¡Alto al genocidio! ¡Alto al genocidio! 

Ciudad de México,
5 de noviembre de 2023