Archivos diarios: 4 septiembre, 2013
Onomatopeya industrial
Expira la caldera:
humo, fuego, alquitrán,
el perfume carburante
donde se fraguó el herraje
de la noche,
tatuajes de lámina,
la condensación del infierno
es una cámara de gases,
un fierro mestizo con delirio magmático
jugando a ser plastilina,
vidrio soplado,
cubo mineral sin remaches,
quiero barrer el aserrín,
bollar mi badajo para borrar
la cicatriz de mi origen,
esta depresión superficial
de piedra y metal
golpeando el yunque de Hefesto,
escarpado trozo de carne,
quemadura de óxido y tiempo,
vieja verja desvencijada,
herradura con hernias,
veneno frigorífico,
resortes como lijas,
tengo el delirium tremens
de una locomotora
que sueña con descarrilarse,
una soldadura silábica
con la que construyo una
onomatopeya industrial,
la fricción del clavijero,
polvo de lumbre,
el hambre el cautín
y su pomada de mercurio,
quiero fumar un gong lleno de naftalina,
soy un sócket a punto de colapsar
bbbbzzzzzzssssst!!!
soy uno de esos pajaritos cafés sin nombre
haciendo su nido en una selva de cables
y transformadores en llamas,
soy el voltaje trepidatorio
de un grito taladrando el concreto
hay una garra de acero
masticando los escombros de la calle,
lagunas de aceite
convertidas en un arcoiris pétreo
torciendo el agua,
levas arborescentes exudando
flurocarbonos,
plástico derretido,
tripas de fierro triturando azufre
con su acordeón de PVC,
el cloro en los ojos es una ceguera blanca,
sal abrasiva que muerde la mezclilla
y quema las pupilas,
tengo el cráneo prensado,
una motosierra dando vueltas
al pensamiento,
ácaros de charol,
tornillos desdentados,
meteré mi corazón a la licuadora
para vomitar la chatarrización del presente,
entre tarjas que son xilófonos
y luciérnagas Zippo,
quiero exprimir la musicalidad de un periódico
y hacer que las palabras crujan en su tinta,
envueltas en papel,
en la métrica puntual del hule,
soy lámina raspada,
uranio empobrecido por
la quiebra de los bancos,
bolsas de aire palpitando
en la curvatura del cielo,
en la lucha del hombre contra el hombre,
forjada en la supremacía del hierro
y tribus de hojalata,
mariposas de aluminio,
percusión esférica de latón,
ondas que se propagan en la imaginación
como dudas guturales
con sabor a tubería,
escucho la sinfonía del desagüe,
la marcha nupcial del fuego,
veo semáforos que vacilan,
barriles que son calzado,
ventiladores que son rines,
matorrales de escoba,
escobillas que rasguñan el polvo,
hay un ejército tronando los dedos
como palomitas,
hay sarro en las ventanas,
manos de aguarrás,
una carga de gas LP
escondida en mis pulmones,
taquicardia de metal
que pronto dejará de bombear
gas sarín y cortisona.
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